Hacia finales de su período presidencial, se inició una campaña de propaganda para buscar una reelección, lo cual produjo disgusto general en todo el país. En 1876 intentó hacer modificaciones legales para permitir su reelección. Durante las elecciones, Lerdo de Tejada fue apoyado por el Poder Legislativo el cual declaró válido el resultado a favor de Lerdo, sin embargo el Poder Judicial encabezado por Iglesias declaró que las elecciones habían sido fraudulentas. El 15 de enero, Porfirio Díaz aprovechó la situación para levantarse en armas mediante el Plan de Tuxtepec, que se resumía en su frase Sufragio Efectivo No Reelección. Díaz modificó el plan en Palo Blanco, con el objetivo de ganar partidarios, reconoció a José María Iglesias como presidente interino, mientras Lerdo trataba de asegurar la reelección imponiendo obligaciones a los soldados y empleados públicos para votar por él. Iglesias decidió no pactar con Díaz y salió de la capital emitiendo un manifiesto en Salamanca. Esta vez, la rebelión triunfó en la Batalla de Tecoac. Lerdo se vio en la necesidad de renunciar, entregó el poder a Protasio Tagle y abandonó el país en enero de 1877; Iglesias conferenció con Díaz, con muy poco respaldo, también se vio obligado a abandonar el país rumbo a Estados Unidos.Sebastián Lerdo de Tejada vivió el resto de su vida desterrado en la ciudad de Nueva York. Nunca se casó. Murió el 22 de abril de 1889, sus restos fueron trasladados a México y depositados en la Rotonda de las Personas Ilustres.
Pues es el resultado de la codicia del poder, pero hasta cierto punto quedó en buenas manos el poder... Porfirio Díaz.
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